"Enredados con la eficiencia,
hemos olvidado para qué queremos
ser eficientes después de todo"

Julio Olalla.

jueves, 21 de abril de 2011

Un tubo de ensayo llamado Trabajo

Cuántas de las conductas, los hábitos o modos de ser que expresamos hoy han sido gestados o mas aún APRENDIDOS en ese dominio llamado trabajo?...

No nacemos determinados, somos seres aprendientes día a día. Cada día abre la posibilidad de un cambio para nosotros. Cambios que pueden llegar a ser favorables y otros que no lo son tanto. Estamos todos los días en permanente evolución, incorporando información a nuestro ser y ensayando nuevas conductas, reforzando otras  o abandonando algunas en el camino. Somos seres dinámicos! Muchas veces el cambio no se manifiesta abiertamente y queda como un potencial enclavado en nosotros, como una posibilidad latente, ahí, a la espera del “vamos” y en ocasiones tan sutil, que no lo advertimos… llegando a sentenciar “la gente no cambia”.

Si bien tenemos una coherencia con la cual nos movemos por la vida, esta es otra manera de mirarnos: cuando nos movemos por la vida también vamos adoptando nuevas coherencias.

Hoy me preguntaba… ¿cuánto de lo que somos hoy lo hemos aprendido y ensayado en este espacio particular de relaciones y vínculos? Parece ser que cuando decimos “el trabajo es trabajo, la casa es la casa” “mis problemas no los llevo al trabajo” o “en el trabajo soy otra persona” estamos reconociendo en el lenguaje que hemos hecho una diferencia entre dominios de existencia. Hemos segmentado nuestro ser colocando una línea divisoria imaginaria, tal vez necesaria! para operar en el mundo. Al hacer esto, estamos abriendo también la posibilidad de permitirle a nuestro ser incubar cosas nuevas, “operacionalizar” de un modo distinto a como lo hacemos en otros dominios, probar nuevas conductas, nuevos estilos de acción, de emoción y nuevas conversaciones. Si me muevo en un espacio distinto, parece ser que puedo entonces aprender de ese espacio cosas que en otros espacios quizá no aprendo o no ensayo.

Las preguntas que podemos hacernos entonces son…
¿Qué ser estoy siendo en mi trabajo?
¿Qué estoy aprendiendo en mi trabajo?
¿Qué conductas o hábitos me ha permitido reforzar este dominio? Y tras ello ¿qué emociones parecen desplegarse?

Ciertos “modos de ser” nos han resultado exitosos en nuestro quehacer laboral, hemos sido reconocidos por ello movilizándonos a reforzar dichos estilos. Cuántas veces hemos creído ver como ciertos tipos de trabajo parecen “moldear” a las personas en él, como la Cultura Organizacional genera espacios particulares de aprendizaje para las personas en la empresa, abriendo y cerrando posibilidades a determinadas performances. ¿Has escuchado decir? “es que mi trabajo me obliga a ser así” “si fuera de otra manera se me suben por el chorro”

Y ahí volvemos a la encrucijada del cambio: “el cambio empieza por el individuo” Soy siempre yo en última instancia quien escoge ser. Quien gradúa cuanto me sirve la rabia o la agresividad para conducir a mis colaboradores, cuanto me sirve la excesiva flexibilidad, cuanto me ayuda ser demasiado resolutivo, o al revés, la obediencia que me permite acomodarme al margen y dejar siempre a otros la toma de decisiones…porque parece ser que todo tiene ganancias y costos.

Y ahí es donde nos salimos del tubo de ensayo! Las ganancias y costos parecen ser personales, pero en algún momento pueden abarcar tu vida entera y tu estar con otros. Ya no se trata solo del trabajo, se trata también de tu salud, se trata de que has construido una nueva coherencia con la que quizá has empezado a operar en más de un dominio.

Creo que el trabajo es solo un espacio más entre tantos otros en el cual podemos aprender y ensayar nuevos modos de ser, un tubo de ensayo, de tantos otros que hay en el “laboratorio de la vida”. No es el único, para quienes creen que el trabajo lo es todo! Pero vale la pena observar quienes estamos siendo en él, y mirar cuanto de lo aprendido en ese dominio, por mas funcional que nos haya sido ahí, estamos queriendo imponer en otros espacios.

Un buen diálogo interno en la empresa sería: ¿qué espacio estamos siendo para el desarrollo personal de nuestros trabajadores? ¿Qué “estilos” estamos premiando o avalando por sobre otros? ¿qué estamos incubando? Los invito a que miremos que hay dentro de ese tubo de ensayo!


viernes, 15 de abril de 2011

¿Que le importa a tu empresa monitorear?


¿El radar está puesto en las personas? o ¿el radar está puesto en el mercado?
En lo que pasa en la empresa o en lo que pasa afuera, solo con los clientes, con la competencia.

¿Tiene mi empresa la flexibilidad para mirar un rato "hacia adentro" y otro rato "hacia afuera", o está permanentemente preocupada (¿ocupada?) en solo un foco?

¿Sientes que tu empresa se está perdiendo de algo por su fijación a monitorear solo uno u otro?

¿La empresa, se hace cargo de lo que le preocupa? es decir, ¿se ocupa en ello? o solo "se persigue la cola" cuando detecta un problema.

Los éxitos o fracasos en tu empresa, ¿apuntan su radar hacia adentro o hacia afuera?
Tu empresa te hace partícipe de sus logros, o solo de las caídas, o al revés, ¿te haces responsable de tu participación en las caídas, o solo te sientes parte de los logros de ésta?

Si tu fueras el Gerente de la empresa donde trabajas...¿hacia donde estarías volcando la mirada?