"Enredados con la eficiencia,
hemos olvidado para qué queremos
ser eficientes después de todo"

Julio Olalla.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Crónica de un Coaching silenciado....




Primer acto: El Gerente busca contratar servicios de Coaching para algunos de sus ejecutivos...
Segundo acto: El Gerente quiere cambios y una poderosa intervención con resultados ojalá ampliables a la Organización...
Tercer acto: Ni el Gerente ni probablemente el Coachee (ejecutivo que recibe coaching) desean que nadie en la Organización se entere que tales ejecutivos están recibiendo Coaching...

¿Es esto un dilema ético? o simplemente ...NO lo es... y es parte del derecho de confidencialidad del cliente?

La petición es válida probablemente en determinados contextos... 
Pero me pregunto -en relación al segundo acto- cómo se puede "generar cambios y una poderosa intervención ampliable a la Organización" en un contexto silenciado.

Si es este su caso, la intervención que cabe hacer ahí mismo es probablemente sobre una cuestión de confianza y transparencia, o indagar sobre los juicios que hay en relación al coaching o a pedir y recibir ayuda, los juicios de poder versus vulnerabilidad, etc.

Para el coach: Cómo se hace un contrato de coaching de este tipo, que encuadre y delimitación de alcances y objetivos  parecen necesarios?

Para el cliente: Inevitablemente me aparece la pregunta: ¿qué es necesario esconder? 

Desde tu experiencia como coach ejecutivo:  ¿Que crees necesario revisar? ¿Cómo procederías?



4 comentarios:

  1. Planteas diferentes preguntas, Maricel, empezaré con la de la ética. No veo ningún dilema ético en ese silencio. No se rompe con ello ninguna norma, ni se daña a nadie. Desde luego revela un temor a la vulnerabilidad, pero esa es otra historia.

    En consecuencia me parece un camino de indagación el que sugieres ¿Por qué temer presentarse como vulnerable? ¿Qué juicios hay en la organización al respecto? ¿Qué consecuencias tienen en otros ámbitos? ¿Cómo debe actuar el directivo en esa organización que se quiere cambiar? ¿Es ese silencio un resguardo para las creencias que hoy están presentes o responde a una imagen de como "debería ser" un directivo? En fin es un tema que puede dar para una interesante conversación.

    Dicho esto, mi posición es que sería posible hacer ese coaching sin que fuera público. El coaching es una actividad muy confidencial en sus contenidos y puede serlo también en su existencia cuando el coachee o la organización que lo propone no tiene la auto confianza o la madurez para asumirlo como una práctica pública (en política es algo común). El coach puede plantearse como desafío del impacto del coaching que ese velo pueda levantarse como consecuencia del desplazamiento que produzca.

    Otra pregunta de la que me quiero hacer cargo es la de si pueden generarse cambios en un contexto silenciado. Mi experiencia dice que Si, siempre que el propósito del coachee y el de la organización sean los de producir realmente esos cambios. Ese para mí es el auténtico aspecto del que el coach debe asegurarse.

    Será el directivo con nuevas herramientas el que abra el camino al cambio (el coach es un simple mediador de ese proceso)con independencia del nivel de publicidad que esto tenga. La comunicación abierta es un aspecto conveniente, pero no es determinante. Lo mismo pasa en la vida ¿No es cierto? Muchas veces las hormigas silenciosas construyen profundas galerías porque su objetivo es claro y su voluntad indestructible. El objetivo, los valores que persigue, la voluntad, la coherencia de todo ello y las creencias limitantes son el material de trabajo del coach. El resto son meros facilitadores o dificultadores, pero no son hechos esenciales.

    Esa es mi opinión.

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  2. Gracias Juan por mostrar otra posibilidad! y una mirada diferente... me encantó cuando hablas del desplazamiento que el coaching produzca y la posibilidad que abra a levantar ese velo, buenísimo, no lo había visto así!!!! Gracias por compartir conmigo tu tremenda experiencia.

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  3. El coaching en organizaciones tienen una complejidad mayor que el personal, ya que entran en juego dimensiones que tienen que ver con los aspectos culturales y políticos de la organización, así como las percepciones de poder y sus juegos.

    Muchas veces me han pedido coaching en los cuales se pide que la organización no sepa. En ese sentido, el cliente está en su derecho de pedir la confidencialidad de ese espacio, y en todas las ocasiones hemos sostenido en algún momento la conversación que se devela con la lógica de "que no se sepa".

    Que no se sepa es una forma de cuidar algo, que puede ser organizacional o personal, y ese algo se puede deber a infinitas posibilidades. Lo importante para mi ahí, es que el coachee y la organización puedan ver qué es lo que cuidan con eso, y eso mismo les permita mirar la lógica subyacente desde la cual aparece esa decisión.

    Creo profundamente que lo privado del proceso no afecta los resultados, y en muchos casos puede ser hasta estratégico. Eso si, siempre que se cuente (tal como lo señala Juan) con las ganas y el compromiso de generar los cambios.

    Saludos
    Pablo

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  4. Gracias Pablo! sobre todo por la sutil distinción entre "cuidar" v/s "esconder", y la brecha enorme de diferencia entre la una y la otra!jaja...Gracias!

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